Vivir un año en Irlanda ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, me ha servido para conocer un país nuevo, para hacer amigas para toda la vida y sobre todo, me ha ayudado a mejorar el inglés.
Sobre mi familia Irlandesa…
Uno de los mejores recuerdos que me llevo de mi año en Irlanda es mi familia anfitriona. Creo que mi “host family” es la mejor familia que me podía haber tocado. Con ellos compartí grandes momentos y siempre se esforzaban por conversar conmigo todo lo posible para ayudarme a mejorar mi inglés.
Margot, mi “mamá Irlandesa” como yo la llamo, era muy atenta y siempre estaba dispuesta a echarme una mano para cualquier cosa que me hiciera falta. David, su marido, también era muy simpático y disfrutaba explicándome anécdotas sobre la ciudad. Y sin olvidar a sus 2 hijos: Craig, un chico de 13 años amante de los deportes, y Álex, mi “hermana Irlandesa” que es de mi misma edad. Con ella me llevaba estupendamente, a veces ¡hasta nos dejábamos la ropa!
El colegio…
Lo que más me sorprendió del colegio de Dublín es que los profesores eran muy amables y siempre me ayudaban cuando no entendía algo. La verdad es que me encantaba mi colegio, me sentía como en casa, y no tuve ningún problema en hacer amigas enseguida… de hecho, ¡hasta me hice muy popular!
Sobre el destino…
Dublín me ha parecido una ciudad apasionante, con las calles llenas de ambiente, y sus gentes siempre muy amables. Sinceramente merece la pena pasar un año en Irlanda, ¡a pesar del frío!
La experiencia…
Estudiar un año fuera de España me ha servido para conocer un país nuevo, hacer amigas para toda la vida y sobre todo, me ha ayudado a mejorar el inglés. La primera vez que mis padres vinieron a visitarme a Dublín no podían creer cuánto había aprendido… ¡Hasta empezaba a soñar en inglés!
En definitiva, he vivido una gran experiencia que jamás olvidaré y que recomiendo a todo el mundo.
Alba, una alumna de un año Académico nos cuenta su experiencia en Irlanda